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De entre todos los clásicos navideños hay uno que sobresale: ¡Qué bello es vivir! - 94%, el clásico de clásicos de la temporada dirigido por el virtuoso y aclamado Frank Capra. Heredera de los intereses temáticos del director de origen italiano de profundizar en el alma y la condición humana, el filme que es una reflexión sobre la frustración, los sueños rotos sacrificados por el sentido de responsabilidad y la reivindicación de los deseos y objetivos de vida protagonizada por James Stewart y Donna Reed, viene a ser un huracán de emociones para volver a encontrar el sentido de la vida enmarcada en un contrastante sentimiento de depresión y festividad.

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El aleccionador relato de Capra, ¡Qué bello es vivir! nos adentra en la vida de George Bailey (Stewart), un honrado trabajador, amoroso padre de familia y generoso ser humano encargado de dirigir un pequeño banco familiar que mantiene a flote a pesar de los intentos de un codicioso banquero por arruinarlo. Pero, en la Nochebuena de 1945 se enfrentará a una dura disyuntiva a raíz de su desesperación ante la desaparición de una importante suma de dinero que resguardaba su banco: enfrentar la bancarrota y el desprestigio personal, o suicidarse en plena Nochebuena; sin embargo, cuando está a punto de acabar con su vida, Bailey recibe la visita de su ángel de la guarda, Clarence Odbody (Henry Travers), quien intervendrá en su decisión para mostrarle la forma en que su ayuda ha cambiado la vida de aquellos de quienes se ha compadecido y, también, le muestra cómo sería la vida de su pueblo si él nunca hubiera existido.

A pesar de que sus valores sentimentales son imperecederos, resulta curioso que esta cinta fue un rotundo fracaso en la taquilla durante su estreno debido a que fue una de las producciones más caras de 1946, sin embargo, otros factores influyeron en su fracaso como la competencia que tenía con otras películas que se encontraban en la cartelera por aquellos tiempos y un velado castigo propinada por la audiencia debido a las inclinaciones militares de Capra en un ambiente todavía resentido por la postguerra y, aunque pocos críticos se animaron a calificarla como una “película maravillosa”, ¡Qué bello es vivir! - 94% fue valorada con el tiempo gracias a que, además de mostrar un relato sensible con la mezcla perfecta de fantasía y emoción, también destaca por se una fenomenal pieza que muestra porqué el cine es un gran entretenimiento. En una revisión de la película hecha por TIME fechada el 21 de diciembre de 2016, la periodista Lily Rothman, justamente apunta en esta característica rescatando un fragmento de una reseña que obtuvo la película del crítico del TIME de aquellos tiempos, quien dijo de la cinta durante su estreno lo que compartimos en seguida:

Los espectadores de mentalidad literal no necesitan alarmarse cuando la fantasía se cuela en la historia. Fantasía o no, esta película es dos veces más realista que la mayoría de los caprichos de Hollywood que se ofrecen con caras de la realidad. ‘Deseo’, murmura Jimmy, ‘nunca haber nacido’. Obtiene su deseo -y el impacto de su importante vida- mostrándole cómo sería su familia, sus amigos y su ciudad si nunca hubiera existido.
En manos no calificadas, esta fábula moral podría haber sido poco prosaica. La inventiva, el humor y el afecto de Capra por los seres humanos lo mantienen brillante con vida y emoción. La interpretación cordial de Stewart de lo que podría haber sido un papel de golosina es un placer constante. Y si el final de animado navideña del director Capra se hiere ligeramente para hacerse más rico y más feliz que la vida, es porque esa es la forma en que muchas buenas fábulas terminan.

El anterior comentario que no viene firmado, resulta ser un testimonio de la época y que funciona como augurio de lo que este gran clásico navideño lograría después de siete décadas. A continuación, te compartimos otros comentarios que ha realizado la crítica especializada en relación con ¡Qué Bello es Vivir!

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Roger Ebert de Chicago Sun-Times:

Lo más notable de ¡Qué Bello es Vivir! es lo bien que se mantiene a través de los años: es una de esas películas atemporales como Casablanca o El Tercer Hombre, que mejoran con el tiempo.

David Parkinson de Radio Times:

Esta obra maestra de Frank Capra aún tiene mucho que decir sobre el espíritu de comunidad y es un film que ofrece mucho más que solo sentimentalismo.

Michael Wilmington de Chicago Tribune:

La película de navidad más amada de todas.

Jack D. Grant de Hollywood Reporter:

¡Qué bello es vivir! es un hermoso título para una película donde prácticamente todos los que la ven concuerdan que es un hermoso entretenimiento (…) Cuando Capra está en su mejor versión, no hay quien lo iguale.

El staff de Sky Movies:

Es una gran entrada a la carrera de Capra y alcanza a lograr un tipo de cine americano más gentil.

Marc Lee de Daily Telegraph:

Totalmente inspirada y festiva (…) Esencial a su extraordinario y duradero poder es la sobresaliente presencia de James Stewart.

Lily Rothman de Time:

El hábil equilibrio entre fantasía, sentimentalismo y calidad hicieron que la película sobresaliera.

Luis Martinez de Diario El Mundo:

Pocas películas aciertan a retratar con tanta precisión el deseo íntimo y animal de seguir vivo. (…) la película, como casi toda la filmografía del director, no hace sino reflejar a la perfección el espíritu de su tiempo.

Kate Cameron de New York Daily News:

Si bien no es la mejor película de Hollywood de ese año, ni es la obra maestra de Capra, cuenta con una buena historia y su conclusión tiene un efecto reconfortante para la audiencia.

Bosley Crowther de New York Times:

Como el héroe, el Sr. Stewart hace un trabajo cálido y atractivo, lo que indica que ha crecido en estatura espiritual, así como el talento en los tiempos de guerra. Y Donna Reed está notablemente equilibrada como su adorable y dulce esposa.

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