Tomatazos

El Proyecto de la Bruja de Blair - 86% es en muchos sentidos la definición de un one hit wonder cinematográfico. Escrita y dirigida por Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, este mockumentary (una cinta de ficción que pretende ser un documental) tomó al mundo por sorpresa en 1999. El año en que Matrix - 87% y Star Wars: Episodio I - La Amenaza Fantasma - 55% se peleaban al público que buscaba cine de fantasía y ciencia ficción, el año de El Club De La Pelea - 80%. La oferta de cine de horror era débil y sin duda esto ayudó a que la cinta escalara en la taquilla y con un público ansioso de emociones fuertes.

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La historia de un grupo de jóvenes que buscan filmar material en el bosque sobre una leyenda local es, en esencia, una premisa interesante y una que se presta a la perfección para el reducido presupuesto que tuvo la dupla de realizadores. Esto en si sería suficiente pero los cineastas decidieron dar un paso extra y crear una campaña viral en torno a la cinta, antes de que el termino siquiera existiera. Folletos que buscaban a los tres actores “desaparecidos” aparecieron por aquí y por acá, con lo que se buscaba crear la noción de que lo que veríamos en la pantalla era real. Que estos jóvenes filmaron sus últimos momentos y ahora tendríamos la oportunidad de verlo. Suena a una muy original idea…excepto que un director italiano ya lo había hecho casi 20 años atrás…y mejor.

La película se llamaba Holocausto Caníbal - 65% y había empleado exactamente el mismo truco publicitario al pie de la letra: pretender que era una filmación real recuperada luego de la desaparición de quienes la habían realizado. Este truco casi manda a la cárcel a su director, Ruggero Deodato, pero sin duda valió la pena. La historia de unos documentalistas perdidos en una jungla generó gran controversia, pero ante todo, mostraba una técnica pulida de un cineasta que sabía perfectamente lo que hacía y que filmó una cinta que aún puede estremecer a cualquier espectador. Por su parte, la Bruja Blair se mantiene como un mero artilugio de su época, una anécdota que solo ha producido centenares de malas parodias y dos secuelas mediocres. Varios críticos quedaron sorprendidos ante la cortina de humo de esta brujita, como se puede ver en sus reseñas.

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