Tomatazos

El género documental en México goza de buena salud, con una diversidad de temáticas y propuestas que ha llegado para llenar festivales, plataformas de streaming y la cartelera comercial. Gracias a los costos accesibles, filmar un documental se ha convertido en la forma más directa para muchos cineastas de expresar algo o retratar una de las múltiples realidades que ocupan las fronteras de México.

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Bellas de Noche - 95%, Tempestad - 91% y La Libertad del Diablo - 88% son algunos de los documentales que han representado a este tipo de cine y que han logrado reconocimiento gracias a su calidad narrativa. Este año se han presentado otros tantos y ahora figura en estreno nacional el nominado al Ariel Somos Lengua, del director Kyzza Terrazas, mejor conocido por su largometraje de ficción El Lenguaje de los Machetes.

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Terrazas explora la escena del rap y hip-hop del bajío y norte de México, donde la marginación social, el crimen y la falta de oportunidades son el marco de un paisaje urbano igualmente pintoresco que desolador. Sin embargo, entre las largas líneas de unidades habitacionales se desprenden hombres y mujeres quienes han encontrado en las rimas una forma de expresión. Sin instrumentos musicales ni conocimientos de notas, sólo la lengua y el sentido de la copla, varios artistas han emergido en una escena que ha pasado de ser una anécdota a una fuerza pujante. La energía que proviene de dicha escena ha dado a sus miembros una nueva razón de ser y vivir, una brújula para orientarse y así rapear al mundo sus vivencias, sueños y temores.

Las intenciones de los realizadores son loables y podemos percibir como espectadores que los músicos urbanos tienen mucho que decir. Sin embargo, la cinta evita profundizar demasiado a estos últimos y en lugar de eso pinta un collage donde vemos un poco de muchos, pero nunca algo concreto. Es más un repaso que una exploración detallada y esto provoca que la cinta tenga un carácter puramente anecdótico y no salga de lo didáctico. El público ajeno a esta cultura conocerá un poco más, pero no lo suficiente para tener una idea sólida respecto a este tipo de música. El material termina con un carácter más televisivo que cinematográfico, lo cual no es reprobable, pero produce un resultado bastante mediano. Somos Lengua se queda como una oportunidad desperdiciada de decir más sobre un movimiento contracultural que se antoja mucho más relevante de lo presentado aquí. Algunos de los críticos nacionales que la han visto sintieron una vibra ambivalente similar. Definitivamente, una cinta que encontrará su público en quienes ya sean fans de este tipo de música y expresión urbana.

Alonso Díaz de la Vega, El Universal:

Somos Lengua, de Kyzza Terrazas, está en los lindes entre la revelación y la liberación: Es un retrato revelador -aunque hacia el final un poco redundante- sobre la liberación de y en la palabra.

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