Hace algunos años los realizadores españoles Jaume Balagueró y Paco Plaza tomaron al mundo por sorpresa con [Rec] - 90%, un mockumentary zombie que lograba dar un giro de frescura a un género cansado. Las secuelas llegaron con rapidez y, eventualmente, cada director tomó su rumbo. El trabajo más reciente de Plaza, La Posesión de Verónica - 76%, se estrena en nuestro país y está basado en un supuesto caso de la vida real.
El llamado caso Vallecas fue un aparente suceso sobrenatural ocurrido en el distrito del mismo nombre en Madrid. Una chica de 14 años tuvo una muerte extraña: había estado jugando sin reparos con una oujia. A su vez, otros extraños sucesos acontecieron en el departamento de la familia de la joven y ni la policía supo dar una explicación razonable. Este relato sirve como inspiración para esta película que busca dramatizar lo que pudo haber ocurrido, por supuesto, decantada hacia la explicación sobrenatural. Plaza se mueve en terreno que conoce bien y logra entregar un ejercicio sólido sin que llegue a lo notable o excelso. Hay varios lugares comunes a los que inevitablemente llega la narrativa, pero, sin duda, el resultado final dejará satisfechos a varios fans del género. La crítica ha sido bastante favorable para la cinta y esto es lo que han dicho:
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Jonathan Holland, Hollywood Reporter:
Gracias a excelentes actuaciones por parte de los niños, muchos desparpajos y un fuerte sentido de pertenencia, Plaza logra que esto funcione, a pesar de que el proyecto carece generalmente de finura.
Jose Martin, El antepenultimo mohicano:
Verónica es una de las mejores películas españolas del año, tan efectiva como entretenimiento como valiosa a nivel artístico.
Andrea G. Bermejo, Cinemanía
Independientemente de si crees o no en los espíritus, te vas a creer 'Verónica'. Trae el terror a lo cercano, a lo conocido, a lo nuestro. Y da mucho miedo.
Manuel Piñon, Sensacine:
Plaza consigue que Verónica se eleve como un ejemplo magnífico y estimulante de las historias que quedan por contar.
Jordi Costa, El País:
En un principio se sostiene, hasta que Plaza, de la mano de una monja ciega y una presencia que parece salida de Insidious (2010), abandona su compromiso con la lengua vernácula para entregarse al esperanto del terror contemporáneo.
Luis Martinez, El Mundo:
Una película profundamente religiosa y, por ello, terrorífica.
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