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El tiburón que cambió la historia del cine

En este artículo se explora el impacto que tuvo la película de Steven Spielberg en la historia del cine

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El tiburón que cambió la historia del cine

En este artículo se explora el impacto que tuvo la película de Steven Spielberg en la historia del cine

POR Pete Zajjot -

Hoy nadie dudaría en calificar Tiburón - 98% de Steven Spielberg como “un típico producto de Hollywood”. Sin embargo, en el momento de su estreno, la película era todo menos una convencional película de aventuras.

La película que aún hoy se debate a qué género pertenece, pues hay quien sostiene que estamos ante una película de terror y quien afirma que se trata de una película de aventuras y peor aún, que estamos ante la fundadora de un subgénero: las películas de tiburones, de las que Sharknado - 82% (en cualquiera de sus entregas) serían quizá el ejemplo más claro de este tipo de películas.

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Para su entonces joven director, no había dudas de que se trataba de una película de terror. El mismo, antes de iniciar el rodaje, declaró categórico: “Va a ser una película visceral. Un film de terror que les va a revolver las tripas. Si El Exorcista - 87% los hizo vomitar, Tiburón - 98% los hará encogerse de miedo”. Casi tanto como el que a veces asaltaba al propio realizador, ya que a los muchos problemas técnicos (los tiburones funcionaron muy bien durante las pruebas realizadas en tierra, pero al sumergirlos el agua se filtraba por sitios que sus constructores no habían previsto, causando constantes desperfectos), problemas con el guion (iniciada la filmación el guion aún no estaba terminado y tuvieron que intervenir cuando menos tres escritores en él) y, aunque no lo aparentara en el set de filmación, Spielberg era presa de grandes dudas y temores: “Estaba muerto de miedo, pero no porque me reemplazasen, aunque había gente que intentaba que me echasen, sino por fallar a todo el mundo. Tenía 26 años y aunque para entonces ya me sentía como un veterano, nadie más pensaba eso de mí. Parecía que tenía 17 años, tenía acné y eso no ayuda a inspirar confianza a un equipo experimentado. Fue una pesadilla; adentrarse en el mar era como trabajar en el interior de un terremoto”.

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Sin embargo, Spielberg mismo sabía que no sólo estaba filmando una espeluznante película de terror, también sabía que estaba por revolucionar el cine y la forma de hacerlo en su país. El director español Nacho Vigalondo, gran admirador de Tiburón - 98% nos pregunta: “¿Cuántas películas recordáis protagonizadas por un trío de individuos, sin que ninguno juegue un papel de antagonista, alivio cómico en segundo término o interés romántico?” Y añade: “La estructura dramática formada por los tres personajes principales de Tiburón - 98% es muy poco frecuente. Nos resulta natural pensar que el Sheriff Brody (Roy Scheider) es el protagonista, pero ¿sentimos como secundarios a Hooper (Richard Dreyfuss), o a Quint (Robert Shaw)? ¿Por qué necesitamos a los tres para cazar a un tiburón? ¿Qué representa cada uno de ellos, tienen algún significado los conflictos y relaciones de dependencia que surgen en su relación?”.

Spielberg nos da en la película una puntual respuesta a cada una de estas preguntas. Basta con que la veas de nueva cuenta y te sorprenderás con las muchas respuestas que puedes hallar, desde la presencia de Spielberg apenas camuflajeada en el personaje de Hooper, no tanto por el aspecto físico, sino en el hecho de que el personaje, al igual que el director, nos dice Vigalondo, “Es un hombre que vive por y para su labor, propulsado por su juventud (y por la tecnología de la época)”. Y sin embargo, gracias a que el tiburón se descompuso y no pudieron ocuparlo por algún tiempo, algo de los más aterrador de la película es la inminencia del tiburón, el hecho de que sea durante buena parte de la película una criatura presentida, más que vista.

La película, con su célebre inicio en el que Chrissie Watkins (Susan Backlinie) se interna desnuda en las aguas mientras se escucha la inolvidable banda sonora compuesta por John Williams, funcionaban como un magnífico suspenso y el hoy simbólico anuncio de la revolución cinematográfica que estaba por venir.

Si te preguntaran hoy, a qué película puedes comparar Tiburón, quizá te vengan algunos títulos a la mente, pero seguro que ninguno será una película de tiburones.

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