Tomatazos

La cuarta película del director Vincent Garenq, En el nombre de mi hija - 100%, llega al circuito comercial después de haber formado parte del Tour de Cine Francés de 2016, desde entonces este drama policiaco basado en hechos reales generó comentarios bastante favorables por parte de la audiencia mexicana debido a su relato intimista e impactante, característica que viene a sumar a las críticas positivas que ha dejado este filme a su paso por otras partes del mundo gracias a las cuales ha conseguido ostentar la máxima puntuación en nuestro Tomatómetro.

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Garenq y Julien Rappenau escriben el guión de uno de los casos que más estremeció a la opinión pública, el caso conocido con el nombre de “El affaire Bamberski-Krombach”, resultado de la investigación policiaca que da cuenta de los descubrimientos que realizó un padre que emprendió en 1982 una odisea por descubrir al asesino de su hija y la cual le llevó 30 años. En el Nombre de mi Hija se sigue a André Bamberski (Daniel Auteuil), un contador que un día recibe la llamada de su exesposa para informarle que su hija de 14 años, Kalinka, quien estaba de vacaciones en Alemania con ella y su padrastro, el Dr. Dieter Krombach (Sebastian Koch), había muerto. De forma inmediata, Bamberski percibe que las circunstancias de su muerte son bastantes sospechosas, pues la actitud del padrastro y una autopsia dudosa dejan muchas preguntas sin respuesta. Convencido de la culpabilidad de Krombach, André inicia un combate para desestabilizarlo y hacer que la verdad salga a la luz.

Destacando su conscienzudo trabajo de documentación y apego a los hechos reales, Garenq rehúye de llevar el relato a los extremos evitando profundizar en las ambivalencias de las motivaciones del protagonista o en los puntos ciegos de la investigación, sin embargo, algo en lo que han coincidido los críticos es en que estos contrastes que no encuentran su explotación en el libreto son compensados con las potentes interpretaciones de los actores, Daniel Auteuil y Sebastian Koch, ambos aportando algo más que lo justo para llenar de matices a sus personajes, tanto aquel que tiene que mostrarse como algo más que un padre obsesivo como el otro que debe mostrarse ambiguo y sombrío. El impacto emocional que deja En el Nombre de mi Hija se complementa gracias a la reflexión que nos deja tras el visionado y entre cuyos temas están los cuestionamientos de los límites de la justicia, la obsesión y la redención. En seguida dejamos algunos de los comentarios que ha realizado la crítica especializada en torno a En el Nombre de mi Hija:

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Ray Pride, de Newcity, comentó:

Con características ligeras y ojos desafiantes, Auteuil siempre triunfa al indicar miedos y capturar el mercurio de los pensamientos.

Diego Battle, de Otroscines.com, escribió:

Lo que podía haber sido un telefilm aleccionador y a puro golpe bajo se convierte en una más que digna y perturbadora película.

Lucero Solórzano, de Excélsior, dijo:

Es un drama fuerte, descarnado, pero, sobre todo, muy bien contado y que mantiene nuestro interés.

Carlos Jesus Gonzalez, de Cine Premiere, indicó:

Acá no hallaremos nada de esa pirotecnia sensiblera a la que nos tiene acostumbrados Hollywood. En cambio, sí que encontraremos rastros claros de ese cine verité que los europeos en general, y los galos en particular, suelen cultivar en su celuloide.

Erick Estrada, de Cinegarage, afirmó:

Una película intensa e interesante que deja al espectador crear sus propias conclusiones mediante un final muy ágil.

Leah Pickett, de Chicago Reader, señaló:

La película se beneficia de la conmovedora actuación de Auteuil, aunque la narrativa no es tan emocionante.

Leonardo D’Espósito, de Revista Noticias, apuntó:

La película expone el asunto con precisión -no dura más de lo necesario- y con los golpes de efecto justos. Aunque el caso real es mucho más interesante que el film.

Juan Pablo Cinelli, de Diario Página 12, resumió:

La ota disonante de la película de Garenq la dan ciertos detalles, sobre todo en el uso de los flashbacks, dedicados a ilustrar lo innecesario y cuyo objetivo parece ser solamente el de pinchar la sensibilidad (o el morbo) del espectador.

Gaspar Zimerman, de Diario Clarín, aseguró:

En estas historias (…) en el afán por mostrar con rigor los acontecimientos, se pierde la profundidad de los personajes. (Garenq) se las ingenia para que en este caso eso no ocurra.

Fernando López, de Diario La Nación, subrayó:

Fue su autobiografía la que Vincent Garenq tomó como punto de partida del film, lo que explica que su prolija ilustración del caso confiera rasgos de héroe al protagonista.

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