Tomatazos

El relato de horror puede ser una entidad altamente maleable y, sin embargo, pareciera que los productores y realizadores se rehúsan a llevar el género a sus límites más delirantes. Alguien como Dario Argento no tuvo esa limitante y con su clásico Suspiria - 90% rompió el molde al presentar una pesadilla fílmica fuera de serie que a la fecha se mantiene como un estándar del cine de horror y fantástico. Es un legado importante y se antoja muy difícil que el remake de 2018 le llegue siquiera a los talones.

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La historia de una academia de ballet europea que esconde una cofradía de brujas despiadadas es un relato de psicodelia visual y narrativa en su más pura expresión. Una fotografía de tonos rojos y azules bañan a los personajes, quienes tratan de sortear las tinieblas al ritmo de las composiciones de la banda de rock progresivo Goblin. La cinta es la combinación idónea de talentos en todas las áreas posibles: fotografía, dirección y música. El guión evoca la sensación de estar atrapado en una alucinación o mal sueño y el reparto de actores logra hacer que las imágenes de Argento cobren vida. Suspiria es un logro artístico en todos sentidos y, por ello, gente como Guillermo del Toro desea que el público conozca esta obra fílmica.

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Conocida como Alarido en México, mi madre me relató varias veces cómo corría el rumor de que la cinta era estremecedora como nada que se hubiera visto antes. La idea de que un remake ayuda a promover la cinta original es cuestionable y no siempre es verdad. Sin embargo, Guillermo del Toro realizará una curaduría en el festival de SITGES de este año, relativa a cine de horror italiano. Entre las elegidas se encuentra Suspiria: El Maligno - 55% de Argento. Por su parte, la compañía de video Synapse se encuentra ocupada en una restauración de 4K de la cinta que se ha convertido en su proyecto más ambicioso y costoso, uno que les ha consumido recursos y tiempo. Sin embargo, el esfuerzo lo vale y es que Suspiria es una cinta que amerita verse en todo el esplendor de sus colores y con el sonido de la banda sonora de Goblin limpio y claro.

Así como Junji Ito y otros grandes maestros del horror, Argento entendió que lo que hace a este tipo de historias tan efectivas es la sinrazón y el absurdo; situaciones y fenómenos que no pueden explicarse de manera lógica y que, por ende, causan más pavor. El cerebro humano siempre buscará una explicación a todo, pero el verdadero horror escapa a conjeturas ordinarias y envuelve todo en un manto oscuro y tenebroso del que no se puede escapar. Eso es lo que hace que Suspiria funcione y se mantenga vigente incluso en estos días. Mirar al abismo y sentir cómo nos observa de vuelta nos recuerda lo efímero de nuestra existencia: ése será siempre el horror más efectivo.

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