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Warcraft: obra maestra infravalorada

Esta vindicación intenta aclarar ciertos puntos donde la crítica erró al descalificar la película de Duncan Jones. En este ensayo, que busca resarcir cómo percibimos la película Warcraft, el autor nos conduce a replantear ciertos aspectos de la valoración de películas basadas en videojuegos

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Warcraft: obra maestra infravalorada

Esta vindicación intenta aclarar ciertos puntos donde la crítica erró al descalificar la película de Duncan Jones. En este ensayo, que busca resarcir cómo percibimos la película Warcraft, el autor nos conduce a replantear ciertos aspectos de la valoración de películas basadas en videojuegos

POR Rafael J. Reynor -

Warcraft: El Primer Encuentro de Dos Mundos - 28% prometía ser la mejor película basada en un videojuego jamás antes hecha; sin embargo, la mayoría de los críticos la destrozó y no le dio una segunda oportunidad. En esta ocasión, trataré de explicar por qué Warcraft es una película mucho mejor de lo que dijeron muchos críticos y de paso, delatar lo absurdo de las comparaciones con Battlefield Earth - 3% o con El Destino de Júpiter - 26% que hicieron Rick Bentley y Alonso Duralde, este último llegando al extremo de escribir que prefería ver otra vez la película de Super Mario Bros. - 15% que ver Warcraft de nuevo. También explicaré por qué creo que están equivocados los que, como Nestor Burtone, la llaman una más entre las “superproducciones ruidosas, pirotécnicas, vacías y solemnes a las que Hollywood ha acostumbrado al público en los últimos años.”

¿Qué es Warcraft?

Para empezar la película no está basada en el juego de rol online World of Warcraft como muchos dicen, sino en Warcraft: orcs & humans, el primer videojuego de la franquicia, que era del género estrategia en tiempo real. Esta adaptación parte de una historia existente, tanto en videojuegos como en novelas y cómics.

A pesar del prejuicio entre muchos intelectuales y personas demasiado refinadas para buscar una historia en un videojuego (en su cabeza sólo cabe que estén hechos para matar el tiempo), estos son un excelente medio donde te puedes sumergir en una historia apasionante. La dificultad de componer una narrativa consiste en la plena co-participación, anticipación y posibilidades que suscita el comportamiento individual de cada gamer.

Warcraft no es una historia inventada de la nada para complacer a los millones de jugadores de World of Warcraft como algunos pensaron; Cameron Williams afirmó que el problema era adaptar un videojuego donde cada quien hace su historia propia. Nada más alejado de la realidad, pues hay una historia de base que ha ido creciendo a lo largo de 20 años. Valdría la pena, incluso, capitular un poco del proceso para concebir la película.

Blizzard, la compañía que creó el videojuego, no estuvo de acuerdo con el guión que presentó Sam Raimi, pues para realizar la adaptación querían que el guión estuviera a la altura de la historia de los videojuegos. En la época que Sam Raimi iba a dirigirla, World of Warcraft estaba en su punto más alto de popularidad, lo cual aumentaba las posibilidades de éxito para una película de la franquicia, pero prefirieron esperar a que llegara el indicado (o no hacerla en caso de no encontrarlo). Cuando Raimi abandonó, llegó Duncan Jones.

Jones, además de ser hijo del músico David Bowie y de tener dos películas bien recibidas por la crítica (En La Luna - 89% y 8 Minutos Antes de Morir - 92%), era un gamer veterano, y un conocedor y fan de Warcraft desde el primero de los juegos. Cuando Sam Raimi abandonó el proyecto, Jones fue a mostrar a Blizzard su visión de lo que debía ser una película de Warcraft, partiendo de su propia experiencia como gamer y como cineasta: no se trataba de una guerra de humanos buenos contra orcos malos, sino de una guerra en la que en ambos bandos hay buenos y malos, héroes y villanos, lo cual daría a la película una dimensión que normalmente las cintas de fantasía contemporáneas no suelen tener: ausencia de maniqueísmo. Partiendo de una historia preexistente, situada en un mundo fantástico tan vasto como el de El Señor de los Anillos, con 20 años de historia, sumado al talento y a la visión de Duncan Jones ¿qué podía salir mal?

La crítica vs Warcraft

Pues sí, algo salió mal. Y la crítica fue mayormente negativa hacia Warcraft. Tres tipos de reseñas destacaron (en el orden que aparecen listados):

a) la crítica que odió la película y no le atribuye casi ninguna (o ninguna) cualidad;
b) la crítica que no la calificó positivamente pero que reconoce sus cualidades; y
c) la crítica positiva que reconoce tanto sus fallas como sus aciertos.

El primer tipo de crítica, en su mayoría, recurrió a comparaciones absurdas (como los ya citados Rick Bentley y Alonso Duralde) y a prejuicios todavía presentes en el segundo tipo, y que son resumidos en frases como la de Jake Wilson, donde da a entender que es una película sólo para nerds:

Si puedes aguantar hasta el final de esta rimbombante fantasía épica, y puedes dar una sinopsis coherente del argumento, entonces seguramente te mereces el título [de nerd].

O incluso en alguien que la calificó positivamente como Alejandro Alemán, al escribir:

La única razón por la que me atreví a ver esta cinta es por su director, Duncan Jones. De no ser así, jamás me hubiera parado ni tres cuadras cerca de donde exhibieran la película.

No faltó el que de plano se amparó en la idea de que las películas basadas en videojuegos son malas por naturaleza y están condenadas de origen (la reseña de J. R. Jones parece haber sido escrita por alguien que ni siquiera vio la película y su argumento para calificarla mal es que se basa en un exitoso videojuego y que los críticos estaban hablando mal de ella).

Por último, la crítica positiva fue la que supo ver las cualidades a pesar de las fallas —que nunca deben obviarse, mas tampoco maximizarse.

Warcrat: la película que no fue vs. la película de Universal

Los personajes son la fortaleza y la debilidad de Warcraft: son lo mejor en cuanto perfil, trasfondo, posibilidades dramáticas, pero les faltó desarrollo. De ahí que fueran más una posibilidad dentro del mismo ajuar de la película.

Entre muchos críticos existe la opinión de que hay personajes interesantes, entrañables, y memorables. Especialmente resaltan a Durotan, el héroe de los orcos, jefe del clan Frostwolf. Este personaje digital es más expresivo que muchos actores reales en otras películas. Incluso los críticos que no calificaron positivamente a Warcraft en conjunto, reconocieron a este personaje como el mejor y adjetivaron como excelente a la actuación de Toby Kebbell.

Algunos de los que lo elogiaron fueron J. Olson, Ron Yamauchi, James Berardinelli, Philip Kollar, Robert Horton, Jonathan Hatfull y Kristy Puchko.

Y mientras hay algunos que criticaron las actuaciones de los humanos, otras opiniones (compartidas por el autor de este texto) reconocieron su calidad: Annlee Ellingson alabó las “actuaciones sensibles”, especialmente a Travis Fimmel por su papel de Anduin Lothar “en un género que muy seguido trata a sus actores como una pieza más del rompecabezas general”, en un papel en el que demostró realmente su talento y capacidad para transmitir emociones, mucho más de lo que le permite su papel de Ragnar en la serie Vikingos.

Matt Goldberg dijo que le hubiera gustado saber más de la historia del Guardián Medivh, interpretado por Ben Foster, y cuya actuación llama “estupenda”. Steve Rose dice de Garona (Paula Patton) que es “uno de los personajes más intrigantes de la historia” y que “queremos saber más sobre ella”. Pero entonces ¿en qué sentido fallan los personajes? En la falta de desarrollo, y la causa de esto no es otra que la edición.

A diferencia de otros directores (como Peter Jackson en la trilogía de El Señor de los anillos), Jones no tuvo la oportunidad de intervenir en la edición final, y ya que, de acuerdo a rumores que ahora parecen haberse confirmado, Universal consideraba una película “problemática” a Warcraft, decidieron que debían comprimirla en dos horas para evitar aburrir a los espectadores, o tal vez querían terminarla rápido y no gastar ni un dólar más en ella, al existir el riesgo de fracaso en taquilla (fracaso al que Universal, si seguimos esta lógica, contribuyó con creces).

Pudimos darnos cuenta de las decisiones erradas o de la poca estima que le tenía el estudio pues su marketing entregó tráilers mediocres (y en México una de las peores campañas de publicidad en la historia de la humanidad, con aquella que armaron con Werevertumorro). Tras el estreno, Duncan Jones declaró que el primer corte tenía otros 40 minutos, y tomando en cuenta la cantidad de personajes, historias y la vastedad del mundo de Warcraft, quitarle 40 minutos a la primera parte de una saga épica de estas dimensiones, es como si le hubieran quitado 40 minutos a El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo - 91%.

Mientras que Durotan, Draka (Anna Galvin) y la raza de los orcos tienen una excelente presentación, la introducción de los humanos es apresurada. Un ejemplo muy claro es éste: para presentar a Anduin Lothar, el héroe de los humanos, sólo vemos el interior de una ciudad de enanos, con sus características forjas gigantes, y la única presentación que tenemos del personaje es el enano diciéndole “Lothar” e invitándolo a ver un arma de fuego, mientras que originalmente era una escena un poco más larga que pueden ver a continuación, y que con 20 segundos de interacción nos daba una mejor introducción para el protagonista humano y su relación con el enano:

En el caso de los orcos, esta escena en la fogata nos presentaba un poco más de la relación de Durotan con Orgrim Doomhammer (Robert Kazinsky), su amigo inseparable; y al jefe de guerra de los orcos: Blackhand (Clancy Brown). En esta corta escena entendemos por qué los orcos siguen al brujo Gul’Dan (Daniel Wu), y también vemos cómo a Blackhand no le causa mucha confianza el clan Frostwolf, pero también entendemos por qué no ha aceptado la magia fel (o “magia vil” en español), detalle de gran importancia para entender la reacción del personaje al ver pelear a Durotan contra Gul’Dan.

Tanto los críticos que la calificaron positivamente como los que la calificaron negativamente señalan que faltó tiempo y desarrollo a los personajes. Ok. Entonces la película fracasó en ese sentido por culpa del estudio. Kristy Puchko escribió:

Además de la íntima (y crucial) escena de apretura entre Durotan y Draka, Warcraft se la pasa corriendo a través de su historia para mantener las cosas dentro del margen de las dos horas.
Básicamente, puedes sentir los 40 minutos que Jones admitió que fueron cortados de la versión liberada al público

Jonathan Hatfull dijo:

Una versión de director podría resultar mejor y ofrecer a algunos de los personajes la oportunidad de tener desarrollo

Sin embargo, para mala suerte de todos los fans, nunca habrá una versión del director, así lo ha declarado el mismo Jones, pues la cantidad de efectos especiales necesarios es tan grande que sería costosísima su realización. Él mismo habló en una entrevista sobre la edición:

Tratar de hacer una película como Warcraft, y tratar de hacerlo todo en una manera especial… terminas siendo asesinado por mil cortes.

Aunque, a pesar de esos mil cortes, Kristy Puchko apunta que:

Esos minutos perdidos no son suficientes como para arruinar esta disfrutable y atrevida adaptación, pero sí embotan su filo.

Así que los señalamientos a personajes y su desarrollo se resumen en una edición mercadológica mal implementada. Warcraft falla en esto no por Duncan Jones o su guión original, sino por decisiones de negocios.

No es otra tonta película de videojuegos / fantasía

A diferencia de otras populares adaptaciones de videojuegos, Warcraft es llevada a la pantalla grande por un fan que entiende la importancia no de transportar la experiencia del videojuego al cine (lo cual es imposible y ha dado malos resultados cuando se ha intentando), sino de llevar la esencia, lo que te hace amar a los personajes y a las historias. Kyle Smith la diferencia de las otras adaptaciones de videojuegos refiriéndose a ésta como “una película real”, a pesar de rematar diciendo que no es buena:

Warcraft no es un desastre; se sostiene bajo sus propios términos. No intenta ser graciosa, ni se rebaja a sí misma para ser inintencionalmente chistosa. Y ofrece un poco más de complejidad que algunas otras películas de acción ininterrumpida de adaptaciones de videojuegos.

Philip Kollar no la califica positivamente, sin embargo admite que:

Hay momentos donde su verdadero potencial brilla, breves destellos de la intrigante mezcla de sus personajes, arcos argumentales y un escenario fantástico de tono perfecto que ha vuelto la saga original en una franquicia de videojuegos amada internacionalmente.

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Algunos han comparado a Warcraft con Conan, el Bárbaro - 70% y con el juego de rol Calabozos y Dragones. A los fans del género fantástico, y a los creadores originales de Warcraft en Blizzard esto no les parecería una ofensa, pues Chris Metzen, la mente detrás de la mayoría de los videojuegos de la empresa, ha dicho que jugar Calabozos y Dragones con sus amigos influyó mucho en sus historias; el director también ha confesado haberlo jugado en su juventud, y en los juegos de Blizzard hay varias referencias a Conan y otras películas parecidas. William Bibbiani en su reseña positiva de Warcraft la compara y pone en el mismo costal con Willow: En la Tierra del Encanto - 48%, El Verdugo de Dragones - 86%, El Señor de las Bestias - 42%, Leyenda - 48% y El Hechizo de Aquila - 65%. Y a pesar de que esto no es desdeñarla, Warcraft trasciende muchos de los lugares comunes del género, y destaca sobre todas ellas. Para empezar, a diferencia de la gran mayoría de las arriba mencionadas, no se trata de una simple batalla de buenos contra malos, si bien el guión original de Charles Leavitt así lo establecía, era una idea que contradecía la historia y esencia de los videojuegos. Matt Neal lo resalta:

[Warcraft] Rompe con algunos tropos (no todos los orcos son malos) y su sistema de magia es genial (aunque sea mucho como el de los juegos de computadora), y tiene algunas buenas ideas, todo esto evitando profecías, elegidos o reyes perdidos.

Warcraft, en este sentido tiene más en común con Game of Thrones - 93% que con las antes mencionadas, pues en Azeroth no parece (hablando puramente de la película) que el destino sea lo más importante para los personajes, no hay ningún elegido de Dios o de los dioses que vaya a salvarlos a todos, o al menos no hay uno que no pudiera haber llegado a ocupar su lugar por mera casualidad o consecuencia de los hechos. Las decisiones que toman los personajes son principalmente para defender a los suyos, por deber, o para sobrevivir, porque si recordamos, es una película sobre los personajes y sus relaciones: padres e hijos, choque de culturas y razas; la guerra... Durotan y Lothar son padres los dos, y en la escena que muere asesinado el hijo de este último, podemos ver cómo la actuación de Travis Fimmel nos transmite el dolor de un padre al ver morir a su hijo; si bien el muchacho no había tenido el desarrollo suficiente para encariñarnos y sentir tristeza por él, sí nos la transmite la reacción y el rostro de Fimmel, al que Duncan pone especial atención en uno de los momentos más dramáticos de toda la película. En general, el director se enfoca en los rostros y en las actuaciones más de lo normal para una película fantástica de acción, tomando como inspiración a Sergio Leone, del cual es notoria la influencia principalmente de Érase una Vez en el Oeste - 98%. Al final podrán ver algunas capturas de pantalla que lo ejemplifican perfectamente.

Los personajes no son unidimensionales, otra característica frecuente en varias cintas del género y que Warcraft logra trascender; incluso Gul’Dan, que podría haber sido el estereotipo del malvado de siempre, realiza dos acciones que podrían situarlo por encima del villano tradicional: salvar a Garona cuando era bebé, y salvar al hijo de Durotan.

Alasdair Stuart de Tor.com llama a Warcraft una tragedia con una profundidad sorprendente “porque Warcraft, muy deliberadamente, es una tragedia”. Ni siquiera en El Señor de los Anillos, y mucho menos en las abundantes y exitosas películas de Marvel, vemos la crudeza de la guerra como en esta película, y morir a tantos personajes importantes al mismo tiempo. Sencillamente, aquellos no se atreven.

Las acciones de todos los personajes tienen consecuencias terribles: el hijo de Lothar muere; El clan Frostwolf es arrasado por completo; Draka muere por defender a su hijo; Durotan muere peleando contra Gul’Dan; y al final, Garona, la mestiza orco/humana que era marginada entre los orcos y había encontrado un lugar entre los humanos de Stormwind, debe asesinar al rey para que se convierta en una heroína ante los orcos y no muera en vano; Blackhand muere a manos de su archienemigo humano, mientras el Guardián perece por su propia creación.

Warcraft: hito visual

Visualmente, Warcraft fue alabada por la mayoría de los críticos, a pesar de que a algunos no les gusta su estilo. Hablar de su estética colorida y con tendencia al gigantismo como un error, no es más que una opinión personal de gustos que verían, tal vez, grandilocuencia o exageración en Gustave Doré. Si el género fantástico épico te repele, Warcraft no es para ti, pues está dirigida a los que lo disfrutan. En lo visual y los efectos especiales es señalada como extraordinaria según algunos críticos: Sebastian Zavala Kahn, Jake Wilson, Kristy Puchko, Edgardo Resendiz, Philip Kollar, Steve Rose y Jonathan Hatfull son algunos ejemplos. James Berardinelli, a pesar de calificarla negativamente, compara el impacto visual de Warcraft con el de El Señor de los Anillos; e Isaac Feldberg la llama un “hito visual”.

Sin duda las escenas de acción y batallas son excelentes, a Jones le beneficia que su influencia no proviene del cine del caos donde la acción puede ser muy intensa pero por momentos ininteligible, un ejemplo de esta forma de filmar lo encontramos en Transformers - 57% de Michael Bay, El Hombre de Acero - 55% de Zack Snyder, o en algunas secuencias de acción de películas de Marvel. En Warcraft las escenas de acción son claras, a veces las tomas son largas y sostenidas por varios segundos, resaltando de esta manera los detalles, sirviendo de respaldo a la colorida paleta por la que optó el director. Esto evita los filtros tan comunes en la mayoría de los blockbusters, que a veces restan personalidad y riqueza a la imagen.

Pero donde triunfa principalmente es en los orcos, creados con la tecnología motion capture de ILM, esta raza de guerreros fornidos y rudos tiene personajes cuya expresividad eclipsa a muchos actores reales; el mejor ejemplo es Durotan, pero no sólo él: su esposa Draka, su amigo Orgrim, el jefe de guerra Blackhand y el malvado Gul’Dan, todos resaltan por su gran realismo (puedes ver los poros, el cabello y el brillo de sus ojos como nunca antes se había visto) y por una expresividad emocional que ningún orco digital de la trilogía de El Hobbit ni el increíble Hulk alcanzan ni en sueños:

La cantidad y calidad de sets, trajes, armaduras y detalles puestos en Warcraft no se había visto desde El Señor de los Anillos. La pasión de los involucrados en la película se puede ver a través de cada fotograma, y la mayoría de los críticos supo reconocerla. Chris Knight lo expresó con estas palabras:

Esta película es más que nada un deleite para la vista –felizmente me perdería en la biblioteca del guardián–

No es aplastada bajo su propia ambición, pero su engranaje cruje a veces

Dominic Corry la llamó “la primera película fantástica realmente ambiciosa desde El Señor de los Anillos”, Matt Goldberg que sólo le dio dos estrellas, escribió:

Warcraft es una película cargada de problemas, y aún así no puedo dejar de admirar lo que estaba tratando de lograr.
[Warcraft] se ve aplastada bajo su propia ambición, y aún así esa misma ambición es muy admirable […] Aun cuando Warcraft padece por darle demasiado a la audiencia, yo volvería felizmente por una secuela, asumiendo que esté más enfocada.

Gary Wolcott:

Las películas de videojuegos son siempre aciertos y errores. Ésta tiene más aciertos que errores.

Robert Horton:

Warcraft no logra dar en todas las notas, y algunas veces puedes sentir su engranaje crujir bajo el peso de su vasto universo. Pero en general, Jones hace un buen trabajo al contar una historia y dar el espectáculo de un blockbuster del siglo XXI. Eso es más de lo que puedes decir de las películas de superhéroes estrenadas este año.

Tasha Robinson:

A cada paso que da, Warcraft está tratando claramente de ser más rica y más sofisticada que los blockbusters de fantasía promedio. Fans del género, o de los juegos, son más propensos a ver los puntos donde Jones tiene éxito al trascender los tropos del blockbuster de fantasía promedio.

Sheri Linden:

Es una proeza tanto en la narrativa como en el arte para las películas basadas en videojuegos. Y comparada con otra historia medievalesca, la soporífera trilogía de El Hobbit, esta producción internacional es un viaje ágil.

Críticos y audiencia contra las malas críticas

Algunos críticos a quienes les gusta hablar en nombre de la verdad y de los espectadores, suelen soltar frases que, a pesar de ser opiniones personales, pretenden ser absolutas, por ejemplo esta frase de Leigh Paatsch:

Si no te estás preguntando qué demonios está pasando, te estarás preguntando por qué sigues viéndola.

O esta frase de Fico Cangiano:

Fans de la franquicia puede que salgan satisfechos, mientras que el resto del público proclamará 'Game Over'.

La reacción de la mayoría de los espectadores contradice sus afirmaciones. Contrastando con el 28% de aprobación por parte de los críticos, los usuarios de Tomatazos que la calificaron positivamente fueron el 71%, y con casi 190,000 votos en IMDb, Warcraft tiene un 7 de calificación (si se contabilizan las calificaciones positivas desde 6 como en el Tomatómetro, tendría un 85.7% de aceptación).

A esto podría añadir mi experiencia personal, pues a casi todos mis amigos, familiares y conocidos, la mayoría ajenos al videojuego, les gustó y le entendieron sin problemas (incluyendo a mi abuela de 82 años).

Kristian Nairn, el actor que dio vida a Hodor en Game of Thrones, también publicó un tweet para Duncan:

Fui a ver Warcraft con Isaac H. Wright esta semana. ¡Ambos la disfrutamos mucho! Gracias Duncan Jones por darle vida a Azeroth.

William Gibson , escritor de ciencia ficción, considerado el padre del cyberpunk, quien a pesar de confesar su ignorancia total de los videojuegos originales, alabó el trabajo de Jones en Twitter, comparó las vistas de Warcraft con una pintura de El Bosco:

Amé las tomas de batalla de Warcraft con estilo de juego de mesa, a veces me recordaba al Jardín [de las delicias] de El Bosco.

El director Rian Johnson (Star Wars: Los Últimos Jedi - 91%) también publicó en Twitter:

Se me pasó cuando estábamos filmando, pero finalmente pude ver Warcraft de Duncan Jones. Es una tríada glorificante - humana, emocional y brutal. ¡Véanla!

Mark Kermode también fue uno de los que reseñaron positivamente Warcraft, y Brian Truitt, describe con sus palabras la misma forma en que la mayoría de los espectadores reaccionaron:

No hace falta haber jugado un videojuego para disfrutar Warcraft, aunque un sano afecto por la acción con espadas y la fantasía clásica probablemente ayuda.

A diferencia de Josh Trank que culpó al estudio del mal resultado de Los 4 Fantásticos - 9%, o de David Ayer que se disculpó por los errores que cometió en Escuadrón Suicida - 25%, Duncan Jones siempre defendió Warcraft, como en este video donde el periodista Adam Rosser acabó haciendo corajes ante las inteligentes respuestas del director:

Warcraft: una película para el futuro

En una época donde las películas de superhéroes o exitosos blockbusters como Transformers suelen durar más de 2 horas, a veces 10, 20 o 30 minutos extra, me parece inadmisible que a una historia tan amplia como Warcraft se le recorten 40. Tal vez 20 o incluso 10 (¡o 5!) minutos más hubieran hecho una gran diferencia, esos minutos podrían haber ampliado el desarrollo de los personajes que tanto hizo falta, y explicado algunos cabos sueltos que se tocan sólo superficialmente en la película. Sólo puedo recomendarles que la vuelvan a ver, como también recomendó el crítico inglés Mark Kermode, pues a pesar de una edición que no estuvo a la altura del trabajo y pasión puestos en la película, sale bien librada.

Duncan Jones dijo en Twitter, hace casi un año, tener la confianza de que Warcraft se convertirá en una película de culto. Ya dio el primer paso al ser infravalorada por la crítica, pues es una característica muy común en ese tipo de películas. Otra característica es que se le profese “gran admiración por parte de un grupo específico –y numeroso– de personas”. Tengo la seguridad de que el futuro confirmará su lugar en la historia del género y se le reconocerá como un hito del cine fantástico.

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