Tomatazos

Logan - 93% de James Mangold, es una de las mejores piezas cinematográficas del cine de superhéroes, y al decir mejores no me refiero a las cintas estruendosas, repletas de increíbles secuencias de acción generadas por computadora o cuando mucho rodadas sobre pantalla verde, emocionantes eso sí, aunque al nivel de la emoción que provoca un salto bungee, y aderezadas con graciosos parlamentos. No, de lo que hablo es de lo que este género, subestimado por la crítica y adorado por los fans, es capaz de ofrecer, pero que hasta la fecha nadie ha intentado, nadie se atreve a indagar en la profundidad de sus historias en apariencia infantiles.

Si esto es así, se debe a que Logan recupera el más grande tema literario: la muerte. El otro no es sino una débil respuesta ante la tragedia de la fugacidad de la vida. Para esto la historia recurre a una pequeña inflexión: los superhéroes no son inmortales, envejecen más lento, pero indefectiblemente pierden su fuerza, su poder y su lucidez, igual que todos nosotros, hasta que llega la muerte. Y también para ellos es un proceso doloroso.

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Así, desde el inicio de la cinta vemos a un Wolverine (Hugh Jackman) cansado, arrugado, con cicatrices que ya no se curaron, lento pero aún salvaje como un animal moribundo. Sus ataques ya no son rápidos ni certeros pero sí destructivos y rabiosos. La decadencia también alcanza al Profesor X (Patrick Stewart), quien en su senilidad ya no controla su propia y poderosa mente, que desata ataques devastadores; para evitarlo, lo mantienen medicado, perdido en su ofuscación y encerrado en un tanque metálico oxidado, una especie de cerebro que ahora sirve de prisión y tumba a uno de los más poderosos mutantes.

Logan y el Profesor X están huyendo arrepentidos, la razón es la terrible consecuencia de un ataque de Charles Xavier que no se explica, pero se entiende fue fatal, catastrófico, y provocó decenas de víctimas, humanas y mutantes. Logan conduce una limusina que renta mientras ahorran para comprar un yate en donde vivir tranquilos lo que les resta de vida. En eso están cuando una mujer y su pequeña hija encuentran a Logan y le piden ayuda para llevarlos a un lugar seguro. Se niega pero claro que las circunstancias llevan al asesinato de la madre, la responsabilidad de cuidar a la pequeña y una huida frenética de un comando militar que quiere a la pequeña, cuya importancia, aún sin su poder, el Profesor X puede intuir.

La película tiene momentos enormes, como la muerte del Profesor X después de una triste y amorosa confesión ante quien cree que es Logan. La misma muerte es dura, pero se amarga aún más con la demencia de Charles, que no puede siquiera distinguir a Logan, ni con sus ojos ni con su mente, y que la bella e inútil confesión haya sido con el clon. La cinta juega también con la ironía del mundo de los cómics y el homenaje al western, género melancólico de por sí.

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El relato lo único que hace es recubrir un canto a la muerte y la fragilidad de la vida, al paso inmisericorde del tiempo. Pero el asunto va más allá. El escritor y director James Mangold tiene la sagacidad para llevar el conflicto en varios niveles. Hugh Jackman y Patrick Stewart interpretan una última vez a personajes que dieron vida hace ya 17 años, y claro, el tiempo no se detuvo, al igual que sus personajes, han envejecido. Jackman tenía 29 años cuando interpretó a Wolverine en X-Men - 81% (Bryan Singer ), la película que inicio la imparable avalancha de sagas de superhéroes que dominan la producción cinematográfica a la fecha y dejan cada año miles de millones de dólares. Jackman dudó en interpretar nuevamente al personaje, es el único actor que ha dado vida a un superhéroe en todo este tiempo, nueve películas en total (tres centradas en el personaje).

Sus compañeros ya habían sido sustituidos, algunos con buena fortuna, como el mismo Profesor X (James McAvoy), Magneto (Sir Ian McKellen por Michael Fassbender), y Mystique (Rebecca Romijn por Jennifer Lawrence), eso ocurrió en X-Men: Primera Generación - 87%, aunque en X-Men: Días del Futuro Pasado - 91%) el Profesor X y Magneto son interpretados por distintos actores en diferentes tiempos. Sin embargo, para X-Men: Apocalipsis - 48%, el director decide sustituir al resto del equipo: Cíclope, Jean Grey, Tormenta, Bestia, Nightcrawler, Angel por actores adolescentes, aunque la recepción no fue tan buena.

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Lo que sucede es que nadie imaginó en aquel lejano 2000, cuando todos éramos más jóvenes, el tsunami que sería el género ni lo que unos diez años después significaría para la industria. El año pasado estos filmes recaudaron más del 70 por ciento del total. Y nadie en ese entonces pensó en los actores. El primero en enfrentar el tiempo es Jackman, que se despide de su personaje con esta cinta; pero no anda lejos Robert Downey Jr., quien ha interpretado a Iron Man desde el 2008, seis películas hasta el momento, una más a punto de estrenarse (Spider-Man: De Regreso a Casa - 92%), el par de Infinity War en producción y se ha hablado de Iron Man 4. Pero lo cierto es que ya se ve viejo comparado con sus compañeros de equipo, Downey tiene 52 años, Chris Evans (el Capitán América) tiene 36. En Capitán América: Civil War - 90% Marvel ensayó un personaje generado por computadora, el joven Tony Stark. ¿Acaso pensando en el futuro? Nadie pensó en lo que sucederá cuando nuestros superhéroes envejezcan.

En Logan, Wolverine se enfrenta con una versión más joven de él mismo, X-24, más veloz, sin arrugas ni cicatrices, con una inmediata curación, al tiempo que Hugh Jackman se enfrenta a la versión de él mismo modificada digitalmente.

La juventud es belleza, y la más grande tragedia es perderla.

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