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Alien: Covenant ya tiene Certificado de Frescura en el Tomatómetro

La opinión no estuvo tan dividida y sí hubo muchísimas críticas que le favorecieron. Aquí te contamos por qué obtuvo su Certificado de Frescura esta nueva entrega de la saga de terror espacial

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Alien: Covenant ya tiene Certificado de Frescura en el Tomatómetro

La opinión no estuvo tan dividida y sí hubo muchísimas críticas que le favorecieron. Aquí te contamos por qué obtuvo su Certificado de Frescura esta nueva entrega de la saga de terror espacial

POR Marco Antúnez -

Cuando aparece desde el inicio de Alien: Covenant - 69% a David –el androide cinéfilo, idiosincrático y favorito del ricachón que patrocina el viaje de la nave Prometeo– dialogar y razonar con su creador, la nueva película de Ridley Scott coloca al espectador nuevamente frente al paradigma esencial de la película. Si Prometeo - 73% implicaba la búsqueda de un demiurgo desconocido (los “ingenieros”) que dio origen a la vida en la Tierra y su descubrimiento como agente exterminador de su propia obra, Covenant partiría de un supuesto igual de retorcido: la destrucción de los creadores como necesidad inevitable, casi prevista por el propio artífice de la inteligencia artificial, en este caso, del androide.

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Alien - El Octavo Pasajero - 97% nos puso de cara a lo ignoto con la premisa de estragos virales a un nivel donde la soledad en la Tierra aparecía apetecible. La nueva saga que Scott presenta, que toma como fondo a los monstruos ideados por la dupla H.R. Giger y Dan O’Bannon, pretende reflexionar acerca de la creación y las relaciones entre la causa y lo causado, la incertidumbre que media entrambos, el terror, el odio y el desprecio mutuo que supone el desencanto de verse a los ojos y no reconocerse benignos. ¿Qué media entre creador y creación para que el horror aflore? Lo incontrolable, la vida que sólo sabe consumir, una plaga de proporciones bíblicas con rostro de virus y xenomorfo que ataca, consume, deprava y devasta a los hacedores: parásitos que se multiplican al replicar y pervertir el ADN de sus huéspedes antes de matarlos. Jugar a ser Dios, aquí, es una trampa mortal que da a las preguntas filosóficas de corte existencialista una respuesta macabra.

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Todo esto suena muy bien y es destacado por críticos devotos de Ridley Scott. Sin embargo, a nivel fílmico no todo es perfecto. Otros lo consideran suficiente para mantenerlo a flote. Finalmente al sobrepasar el centenar de reseñas positivas de Alien: Covenant - 69%, el Tomatómetro le ha asignado, con su 75% de calificación, un Certificado de Frescura, lo que significa que una mayoría de críticos indexados en nuestra base críticos y medios, han considerado que la película vale la pena con creces. ¿Qué dijeron las críticas positivas?

Una reseña positiva de Jose Martin, de El antepenúltimo mohicano, destacó en su momento que:

Ridley Scott ha manifestado su intención de seguir con la saga pero le va a tocar seguir tomando nota de los errores o seguirá dependiendo de la infinita versatilidad de Fassbender para salvar los muebles.

Por su parte, Luis Fernando Galván, de EnFilme, cree que esta película es:

Una evidencia más del talento artesanal que posee Scott para confeccionar atractivas imágenes de ciencia ficción con el uso de claroscuros y líneas simétricas que contrastan con la belleza irregular y desconocida de la naturaleza.

Scott Chidwood, de ComingSoon.net, apeló más al ardid nostálgico de los fans:

Si te gusta a franquicia de Alien, entonces vale la pena que veas Alien: Covenant. Si no te gustó Prometeo, no esperes mucho de esta película.

Un entusiasta Ryan Gilbey, en New Statesman, consideró que

Lo que distingue a Alien: Covenant es que su horror va más allá de lo físico.

Algo que contrasta con el argumento a favor de Andy Psyllides en su reseña para Sky Movies:

Afortunadamente aún quedan algunos cineastas que saben entregar un buen espectáculo violento como Scott.

Un Arturo Magaña, uno de los editores de Cine Premiere, se vio un poco más tímido y, sin afirmar si es buena o es mala o qué hace esta película en el universo alien, afirma:

Aunque Covenant no alcanza a la original Alien: El octavo pasajero, es una excelente pieza de la saga espacial.

Incluso Luis Martinez, de El Mundo, que destacó los acabados y los cuadros de Ridley Scott, dijo que:

La cinta se mueve sin descanso entre la excitación y la fiebre añadiendo a la galería de villanos el peor de todos ellos.

Eric Kohn incluso de Indiewire subrayó que:

Alien: Covenant se desarrolla como un híbrido de la filosofía de Prometeo y las tácticas de supervivencia de las dos primeras películas de Alien, lo cual ofrece un resultado satisfactorio, pero que batalla mucho para balancear ambos conceptos.

En la otra esquina, Joseph Walsh de The Skinny dice:

En Alien: Covenant, la filosofía de Prometeo ha sido balanceada con los sustos de la película original de Ridley Scott.

Y Martyn Conterio, de CineVue, agrega:

Un regreso a los oscuros, primarios y transgresivos terrores de la película original.

Después de señalar el buen funcionamiento de la historia y la película como entretenimiento, Mikel Zorrilla de Blog de Cine apunta:

Alien: Covenant no es la nueva joya que muchos deseábamos que fuera. Estamos ante una película que parece más hecha para cumplir el expediente que por sentir una verdadera pasión por lo que nos está contando.

Más laudatorio es Todd McCarthy de The Hollywood Reporter:

Esta entrega se siente vital, y hace que nos mantengamos esperando la última escena.

Ian Freer de Empire Magazine, incluso acotó:

Una actualización de Prometeo, Alien: Covenant amplifica las emociones pero falla al no entregar personajes memorables o ataques violentos dignos de la franquicia.

Yago Garcia, de Cinemanía, resumió así sus impresiones:

El resultado contiene muchos momentos cercanos a la autoparodia, y es tan sutil como un xenomorfo cabreado, pero en ella hay momentos de verdadera ambición, y de verdadera locura. Virtudes que esta franquicia llevaba muchísimos años sin mostrar.

¿Qué sucede en las reseñas completas de la película? Ninguna reseña se va, por muy enfática en el buen trabajo de Scott que parezca, sin vapulear aun si sólo por atisbo, al guión, la columna vertebral de cualquier película. La calificación extremadamente benéfica de la película puede deberse a diversos factores.

Factor 1: Timidez para calificar la película. Como Ridley Scott es un santón, es bueno y tiene películas ya clásicas de ciencia ficción, ponerle menos de tres estrellas parece difícil para los críticos aunque con palabras desbaraten a la película.

Factor 2: La actuación de Michael Fassbender. Uno de los puntos a favor de la película más sorprendentes y loables, tanto a nivel actoral como de dirección. La dupla de androides, con una inteligencia artificial libre al estilo Ex Machina - 93% (David) y el androide respetuoso de las leyes de la robótica de Isaac Asimov (Walter), crean una dicotomía interesante a pesar de los momentos rimbombantes entre ambos.

Factor 3: Recuperación de elementos originales de Alien - El Octavo Pasajero - 97%. Un punto que tiene más que ver con la explotación de la nostalgia y el aprovechamiento de los aciertos y triunfos pasados que con el ensamblaje del guión o de los elementos que dan pauta al terror. Pero, eso sí, aciertos que dan respuestas correctas a las preguntas ociosas.

Factor 4: La violencia sanguinolenta del horror del cuerpo. Ridley Scott no necesita litros de sangre para ser claro, preciso y sin tapujos para presentar el dolor, las heridas, la muerte, tal como acontecería en un universo biológicamente destructivo como el de Alien. Al menos eso aplauden los críticos que signaron el destino del Certificado de Frescura.

Factor 5: La premisa filosófica de corte existencialista que cavila sobre la creación y la inteligencia artificial. Sí, aquí, Ridley Scott intentó hacer algo diferente, nada fácil, un riesgo digno de aplauso: fusionar las reflexiones e inflexiones acerca de ideas que han aquejado a la mente humana desde que tenemos memoria con la mitología del horror de Alien.

Factor 6: El preciosismo plástico de Ridley Scott y su capacidad para filmar bonito (destreza técnica). Que se trata de un director con un gusto refinado de la imagen, los cuadros y su grácil interpretación de la tecnología sometida al vacío del hiperespacio con metáforas de altamar eminentes, no cabe la menor duda. Tiene un ojo educadísimo, pieza clave para un cineasta. Algo que hasta sus detractores más reacios no puede omitir. Eso, más una capacidad de trabajar con efectos especiales limpios, capaces de sobrevivir al paso del tiempo.

Factor 7: Variaciones a la invasión del parásito. Algo menor y apenas un derivado de la consistencia biológica de la plaga original, no por ello menos meritorio en cuanto a imaginación y, sobre todo, ejecución efectiva. Imaginar cómo podría el alien encontrar maneras de sobrevivir a un planeta carente de animales y reposar su calamidad hasta que apareciera un huésped apropiado, es capital para considerar que Ridley Scott tuvo una propuesta destacable en esta nueva entrega.

Seguramente habrá mentes juiciosas que la disfrutaron. Los críticos que le dieron buena calificación, incluso, no obviaron que carece de los elementos suficientes para que sea condecorada como algo tremendo dentro de la franquicia, para bien o para mal, comercial o artísticamente. Ojalá que la taquilla, este buen tratamiento de la crítica y la credibilidad del propio Scott, le permitan redimirse y volver a los aciertos de Alien - El Octavo Pasajero - 97% y Prometeo - 73% con la calidad que su carrera le permite.

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