Artículos

Antología de la estupidez: 3 Idiotas

¿Así quieren que apoyemos al cine mexicano?

Artículos

Antología de la estupidez: 3 Idiotas

¿Así quieren que apoyemos al cine mexicano?

POR Ruben Martínez Pintos -

El remake mexicano del clásico de Bollywood, 3 Idiots - 100%, era prácticamente la crónica de una muerte anunciada. Se antojaba muy pero muy difícil que los realizadores de nuestro país supieran adaptar con la sensibilidad y el tacto adecuado una historia bien armada como la de la cinta protagonizada por Aamir Khan, uno de los iconos del cine indio. El reciente estreno del remake solo comprueba los ya conocidos malos hábitos del cine mexicano comercial más recalcitrante. Un cine condescendiente con la audiencia, que la subestima y no la baja de, literalmente, idiotas.

Antes de entrar de lleno al pútrido remake debemos abordar un poco la original, ya que hará aparición múltiples veces en el texto. Basada en una novela de un escritor de la India, famoso por sus escritos motivacionales, la cinta 3 Idiots surge como una aproximación muy bollywoodense a las vicisitudes de un grupo de estudiantes de ingeniería en una prestigiosa universidad del país asiático. La novela, Five Point Someone: What not to do at IIIT!, posee un tono anecdótico más oscuro que el relato promedio en Bollywood. El director Rajkumar Hirani, junto al guionista Abhijat Joshi, tomaron la esencia de la historia y la moldearon a un formato cinematográfico que resultara atractivo para un público general, sin que perdiera su mensaje y relevancia.

Lee también: 3 idiotas: el público dio su veredicto, 0% de calificación

La historia no solo promueve la idea de que como individuos debemos seguir y trabajar nuestros sueños, hacer lo que nos gusta en otras palabras. Es además una crítica al sistema educativo de la India. El hermético y cuadrado templete de la educación profesional de aquel país es realmente el enfoque principal de la trama, con el personaje de Rancho en colisión con el profesor Viru, quienes tienen distintas formas de ver el proceso de enseñanza. Todo esto manejado por el guion con humor y humanidad, además de proveer una galería de personajes entrañables con los que el público hace conexión, rompiendo sin problema cualquier barrera cultural.

Pasamos al remake mexicano, 3 Idiotas, y queda claro que los realizadores no comprendieron la original, absolutamente nada. El remake contradice todo el mensaje de superación y de ser honesto con uno mismo y lo reemplaza con un elenco de personajes deleznables, humor escatológico que solo divertiría a niños de primaria y un supuesto mensaje motivacional contradictorio y chocante. Algunos dirían que no es justo hacer tanta comparación con la original, pero es inevitable dado todo lo que toma el remake de aquella. Si no deseaban los productores que esto ocurriera quizás, solo quizás, pudieron haber hecho una historia original y bien contada.

Como diría Jack el destripador, vamos por partes:

Idiota sin genio

La idea de que nuestro protagonista es un genio creativo jamás resuena en la trama. Fuera de una escena improvisada a la MacGyver, que carece de sentido, en ninguna ocasión vemos algún destello de creatividad real de Pancho (Alfonso Dosal). En algún momento lo vemos concentrado en el diseño de una píldora capaz de localizar en el cuerpo posibles indicios de enfermedades, pero este proyecto queda inconcluso y por el resto de la historia no se vuelve a abordar. Cerca del final lo vemos usar dos baterías de auto para dar luz a todo un edificio (en la original era un generador que él mismo había diseñado). Pancho no es ningún genio, solo un chistosito con poco o ningún carisma, además de que es un fraude, ya que miente a sus amigos respecto a su identidad, una que plagió de alguien más. Por qué hizo esto jamás es explicado, con lo que el personaje queda expuesto como un tipo de ética y moral bastante dudosa.

Familia y clase social

Un punto clave de la original era la unidad familiar, así como ciertos elementos sobre las diferencias entre clases sociales. Los dos amigos del protagonista provenían de estratos socioeconómicos menos favorecidos. El que rezaba todo el tiempo a deidades hinduistas provenía de una familia pobre, mientras que el aspirante a fotógrafo era de clase media. En una de las escenas clave, el padre de este último le explica el gran sacrificio que había realizado para comprar un aire acondicionado, para que el hijo estudiara más cómodo. Éste le insiste que su pasión es la fotografía y que no le importa pasar ciertas carencias económicas a cambio de lograr su ambición. Luego de una acalorada y emotiva discusión, el padre cede ante las lágrimas de su vástago.

En el remake este dilema económico desaparece: la familia del obsesionado con los amuletos es boba y “chistosa” y si bien el personaje menciona que será el primero de ellos en cursar una carrera esto jamás tiene peso dramático. El aspirante a fotógrafo vive holgadamente y su conflicto con el padre sobre su elección de carrera se resuelve en un minuto o menos.

De ahí surge otro problema: los 3 personajes se comportan exactamente igual, ni el personaje de la familia “de barriada” se puede diferenciar de sus contrapartes. Los 3 usan el mismo tipo de expresiones y modismos, entonces una vez más, el componente socioeconómico queda completamente desechado. Todos son unos estudiantes fresas del Tec sin mayor esfuerzo de los guionistas por darles personalidad. La frase “all is well” de la original, la cual era toda una filosofía de vida del protagonista, queda reducida aquí a un mero anglicismo que suena chocante cada vez que es pronunciado por el fraudulento Pancho. Lo anterior nos lleva al siguiente punto.

Idiotas y gandallas

Si consideramos que Pancho y sus amigos son nuestros “héroes” a seguir y por quienes debemos sentir simpatía, esto se vuelve muy difícil debido a su actitud. Desde las bromas que gastan entre ellos hasta los chistes a costillas de otro personaje, cuyo género es un tanto ambiguo en apariencia, estos idiotas no parecen ser muy distintos al antagónico cargado de flatulencias. De hecho, las burlas hacia este personaje, que es chica pero parece chico, raya en lo homofóbico. Esto no sería un problema de no ser por dos razones: hasta para ser políticamente incorrecto se requiere creatividad, eso y que la película se vende como incluyente y “motivacional”. Este humor de letrina y gandalla queda fuera de lugar y contradice los supuestos mensajes que quieren inyectar los realizadores. Los idiotas de este relato quedan como unos abusivos insoportables, con lo que la película se dispara una vez más en el pie con absoluto desenfado.

La cara de Aamir Khan luego de ver el remake mexicano
La cara de Aamir Khan luego de ver el remake mexicano

Idiotas insoportables

La galería de antagonistas que los idiotas tienen que enfrentar es una colección de lastimeros personajes escritos sin un solo dejo de imaginación o dignidad. El profesor Escalona es un amargado vengativo, con lo que el meollo de la original: el cuestionamiento a un sistema de enseñanza hermético y arcaico, es totalmente desechado por el remake. Claro, no fueran a hacer enojar a sus patrocinadores, el Tec de Monterrey, al insinuar que tienen un sistema educativo obsoleto.
El principal némesis es otro gandalla con un severo problema de gases; en la original este personaje tenía una razón para sus emanaciones fétidas. Era alguien obsesionado con memorizar datos en lugar de aprender el cómo y porqué de las cosas y para ello tomaba pastillas para la memoria que le producían gases.A lo máximo tenia 3 escenas donde padecía dichos gases y estaban manejadas con bastante sutileza. En el remake el humor escatológico ocupa buena parte del metraje. Humor puberto que requiere cero imaginación o creatividad y que los guionistas (Martha Higareda incluida) literalmente embarran en la cara de la audiencia.

Por ultimo tenemos al prometido del personaje de Martha Higareda, quien es retratado no solo como un hígado con ínfulas de grandeza, sino como un completo discapacitado mental, que habla como si fuera Lenguardo de los cachunes. Su personaje parece revivir el viejo estereotipo de “ricos malos” de Ismael Rodríguez, aunque aquí ni hay “pobres buenos” por los cuales uno pueda sentir empatía.

Bollywood región 4

Para que el insulto a la inteligencia del espectador llegue a sus niveles más infames, la película decide cerrar con broche, no de oro, sino de cobre. Un remedo de escena musical que parece más un video (mal hecho) de Shakira que un sincero tributo a las escenas musicales del cine de la India: gente en poses de yoga, bellydance apócrifo y en general un insufrible espectáculo realizado sin un mínimo estándar de calidad. Un mensaje en agradecimiento a la India por la “inspiración” aparece después, razón suficiente para que el país asiático rompiera relaciones diplomáticas con México.

Por favor no olvidar: esta película fue pagada en parte con nuestros impuestos, claramente lo señala al resaltar al principio que recibió el incentivo federal al cine mexicano. Ninguna industria cinematográfica seria de otra nación pide recursos al gobierno, ni Hollywood, ni Corea del Sur ni la misma India. Esto convierte a nuestro país en una dictadura cinematográfica, donde sin nuestro consentimiento se usa nuestro dinero para apoyar bodrios de los cuales no se nos pide opinión.

Por todo lo ya dicho 3 Idiotas merece ser señalada durante el resto del año como el ejemplo a no seguir en cuanto a cine comercial nacional se refiere. Usar el argumento “apoya lo hecho en México” es de un cinismo frívolo y chocante cuando esperpentos como este pretende abanderar al nacionalismo como forma de chantaje. Así como tenemos el país que merecemos, parece que tenemos el cine de entretenimiento que merecemos, triste pero cierto. Sidral Mundet y el Tec de Monterrey tienen que ser más cuidadosos para la próxima ocasión que decidan patrocinar una película.

Comentarios

  • Tomatazos (5)

  • Facebook

 
 
  • Mejores

  • Nuevos