Resulta curioso que aun en estas épocas, cuando una industria retoma conceptos de nacionalidades ajenas a la suya –dígase la recién estrenada La Vigilante Del Futuro: Ghost In The Shell - 44%-, surjan comentarios señalando que tales producciones son casi un sacrilegio y que debieron haber estado en manos de los creativos de los países que consolidaron la idea de origen. Un argumento tan común entre los seguidores más conservadores, como cuestionable lugar común en opiniones generalizadas. Por que aunque es cierto que tales proyectos estén en manos de aquellos que nacieron dentro del mismo contexto al que pertenecen, podría representar un ventaja, esto no garantiza que el resultado sea ya no digamos acertado, sino decoroso. Al menos así lo demuestran las diversas adaptaciones de animes al live action, realizadas por los nipones, de las cuales salvo la apenas rescatable Samurai X, todas han sido tan lamentables como la irrespetuosa y olvidable Dragonball Evolución - 14%, que más bien debería haberse llamado “involution”. Claro, para hacer pedazos las cosas, tanto los coterráneos de los creadores de las franquicias, como los ajenos, se pintan solos. Sin embargo, el asunto también funciona de forma contraria, basta mencionar al mexicano Guillermo del Toro, que retomando dos conceptos de naturaleza completamente asiática y a través de una superproducción estadounidense, entregara Titanes del Pacífico - 71%, una de las mejores películas de mechas y monstruos gigantes, en donde los nipones y sus Godzillas y Mazingers, tienen derecho de piso.
Y es que habría que entender que el talento y la capacidad no tienen nacionalidad. De no ser así, entonces no tendríamos excelentes adaptaciones como Hellboy, un personaje en esencia muy estadounidense, también desarrollada por el buen Guillermo del Toro. Mismo caso el de El Expreso del Miedo - 
95%, versión para la pantalla grande de la novela gráfica francesa Le Transperceneige, filmada por el coreano Joon-ho Bong. Bueno, incluso yéndonos más lejos, William Shakespeare solo podría ser retomado por los ingleses, restándole validez a la obra maestra de Akira Kurosawa, Trono de Sangre - 98%, película basada en Macbeth y con un reparto completamente japonés. Así pues, a La Vigilante Del Futuro: Ghost in The Shell -que pese a la tibieza de su acercamiento, resulta quizás la más decorosa de las adaptaciones de un anime al live action- se le pueden cuestionar muchas cosas sin duda, pero el que no tenga un director o una mayoría de actores asiáticos involucrados, no es una de ellas.
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