Tomatazos

Parece que las historias que tienen que ver con muertos vivientes, infectados y demás variedad de zombies continúan en gran demanda. Así lo ratifica una serie como Santa Clarita Diet - 65%, una comedia negra donde el elemento zombie y caníbal juega un papel clave.

También lee: Rick y compañía tratan de sobrevivir en el nuevo avance de The Walking Dead

Protagonizada por Drew Barrymore y Timothy Olyphant como una pareja que tiene que aprender a vivir con el aparente estado zombie/caníbal de la primera. La nueva serie de Netflix busca combinar estos elementos del horror con un contexto de drama familiar y social. Suena ambicioso y no es la primera en intentarlo, el gore y el drama también se encontraron en la reciente Estación Zombie: Tren a Busan - 95%, la cual dejó una barra de calidad muy alta a seguir para futuras obras del género. La cinta surcoreana supo fusionar de manera excelsa todos los elementos narrativos tan dispares para crear una cinta dinámica, terrorífica y muy humana. ¿Logra Santa Clarita Diet estar a la altura de las circunstancias?

Los críticos han dado reseñas por demás positivas a la serie, el consenso general es que es un producto entretenido, aunque algunos han señalado una falta de consistencia en el guion y el tono.

Sonia Saraiya explica para Variety que el lúgubre tono de la serie puede no ser para todos:

Es difícil ver que el show atraiga todo tipo de público, es una serie estilizada que, pese a sus cambios de tonalidad, se sale con la suya y logra una unión satisfactoria entre el tono y el contenido.

Sophie Gilbert comenta para The Atlantic que la serie brilla en sus escenas familiares y no tanto en las de gore:

Las mejores escenas vienen de ver a los miembros de la familia tratar de mantener su núcleo unido, lo cual compensa su débil estructura narrativa. Si pueden aguantar la víscera y sangre verán que hay una dulce comedia marital escondida detrás de todo eso

Daniel Fienberg para el Hollywood Reporter señala que la serie aprovecha muy bien la maleabilidad del género y elogió al reparto.

Existe una gran química entre los dos actores principales y eso ayuda a que el material funcione. La serie tiene un ritmo dinámico; tanto, que a veces los diálogos quedan sepultados ante tantos sucesos, pero esto no impide que la primera temporada tenga una conclusión satisfactoria.

Nick Allen es una de las voces disidentes y RogerEbert.com describe la impresión negativa que le deja el programa:

La moción narrativa de lo que vemos es realmente lo que mueve a la serie, no un guion bien trabajo o momentos realmente ingeniosos. Lo mejor que puedo decir de ésta es que siempre se mantiene ocupada en algo y es que ¿acaso una serie de este corte no debería ser más graciosa y creativa?

La primera temporada consiste de 10 episodios con la opción de renovarse a una segunda si tiene buena acogida entre el público. Veremos si logra colocarse como una sana y necesaria opción a la ya desgastada The Walking Dead.

Rick y compañía tratan de sobrevivir en el nuevo avance de The Walking Dead